
En el cantón Chilata, municipio de San Julián, de Sonsonate, eran entre las 2:00 ó 2:30 pm, cuando Alfredo y Eduardo R.salieron para echarle gasolina a su motocicletas, pero a pocos metros, sobre la calle principal del cantón, fueron detenidos por un retén donde había cuatro policías, les dijeron que los detenían por violar la cuarentena y por no llevar mascarilla.
Un policía moreno, alto y delgado le dijo a Eduardo que le quitara las tuercas (de la placa de la moto) con los dedos.
Él solo pudo quitarle una. Cuando el policía le dijo que se diera prisa, el joven le dijo que no podía; el agente le asestó un golpe con la mano en la cabeza. Alfredo no le dijo nada.
El mismo agente policial le dijo que se fuera, pero Alfredo le dijo que quería sus documentos, lo cual le respondió, “Y vos pensás que así por así te la vas a llevar. Pasate 50 varas“, le dijo el policía. Alfredo le respondió que no andaba (dinero), pero el agente, que ya había revisado la cartera y vio que andaba 160 dólares que recién le habían pagado por un trabajo que había hecho, le dijo que ya le había visto que andaba y que quizá ni a su nana (madre) le había dado”, relatan.
Ante la negativa de Alfredo de entregarle el soborno, añaden, el policía le ordenó que hiciera flexiones de pecho (pechadas); pero de inmediato, le pegó dos golpes con la mano y Eduardo cayó boca abajo.
Entonces el policía le acercó la boquilla del fusil a las piernas y le hizo dos disparos. Luego se alejó caminando como si no había hecho nada, ante la mirada de los otros tres policías que no hicieron nada por detenerlo.
Pobladores de ese lugar aseguran que Alfredo es un buen albañil, además de ser electricista y mecánico de obra de banco. Lo califican como un joven trabajador, alejado de problemas y que no lo creen capaz de haber provocado la ira del policía que le pegó los balazos.
–